Trump 2.0 y el futuro de las relaciones con Marruecos
Donald Trump comenzó su segundo mandato el 20 de enero de 2025, lo que representa una oportunidad única para su administración, denominada “Trump 2.0”, de abordar el conflicto persistente sobre el Sahara Occidental. En su mandato anterior, su administración reconoció la reclamación de Marruecos sobre la soberanía del territorio, lo que fortaleció las relaciones entre Estados Unidos y Marruecos. Con el regreso de Trump al poder, podría haber un renovado interés en los esfuerzos diplomáticos en torno a este conflicto, destacando la importancia estratégica de Marruecos.
Para Francia y Europa, Marruecos se ha convertido en un actor estratégico clave, dada su iniciativa atlántica para los países de la costa atlántica, la región del Sahel y otros países africanos. En este contexto, Christophe Bouton escribió:
«Es necesario comprender completamente la dimensión geopolítica de Marruecos por parte de Francia, su socio lógico en tales proyectos. Por un lado, porque nuestra costa atlántica deja claro que existen elementos comunes como la pesca, el turismo, las energías renovables y la lucha contra los efectos del cambio climático en las zonas costeras, que requieren intercambio y cooperación. Por otro lado, los foros cooperativos que ha creado Marruecos son importantes para nuestro país, tanto para sí mismo como miembro de la Unión Europea, en las áreas relevantes, por lo que es importante escuchar nuestra voz allí. Finalmente, no debemos dejar de lado la dimensión de seguridad, que tiene grandes repercusiones, y que no debe dejarse a la acción de quienes buscan desestabilizarnos.»
Trump, Marruecos y España
Los medios de comunicación españoles expresan una creciente preocupación por la aparición de la administración Trump, que parece estar priorizando a Marruecos sobre España en sus primeros movimientos diplomáticos tras su regreso al poder.
Este giro refleja patrones similares de la primera presidencia de Trump, destacando lo que los medios españoles describen como un cambio decisivo en las prioridades regionales de Estados Unidos. El El Mundo señala que Trump y sus representantes no se han comunicado con sus homólogos españoles durante la primera semana tras su toma de posesión, mientras que sí lo hicieron con varios países europeos y Marruecos:
«El mejor ejemplo de esta disparidad es que, como en su primer mandato, pasó una semana sin que él o sus ministros hablaran con sus homólogos españoles. Esto adquiere especial relevancia porque el secretario de Estado, Marco Rubio, de origen cubano, habla el mismo idioma, y está más interesado en el equilibrio que el propio presidente, especialmente en relación con Venezuela. Rubio habló con los ministros de Exteriores de los países bálticos y Polonia, así como con los de Hungría e Italia, aliados ideológicos de Trump. También conversó en esa semana con sus homólogos en Francia y Alemania. Pero no hubo ningún interés por la península ibérica, mientras que sí lo hubo por Rabat, algo que debería preocupar dado cómo las buenas relaciones con Mohamed VI en el pasado impulsaron cambios significativos, como el caso del Sahara Occidental.
El día de su toma de posesión, el 20 de enero, Trump criticó a España desde la Casa Blanca por la ‘baja’ inversión en seguridad. Luego se desvió del tema para decir lo que parecía un error, mencionando que España es miembro de los BRICS [lo cual no es cierto] y habló de imponer aranceles del 100% a los miembros de este grupo, ya que cree que Rusia, China, Brasil y otros conspiran para dañar al dólar. Pero sus problemas con el gobierno de Pedro Sánchez vienen desde el primer día.»
Los medios españoles lamentan que Trump haya priorizado a Marruecos sobre España durante su primera semana en el cargo.
Los últimos desarrollos han aumentado la preocupación en España por el aparente descuido de sus intereses por parte de la administración Trump, especialmente en relación con los acuerdos entre Marruecos y España, como aquellos relacionados con Gibraltar. En cambio, Marruecos parece optimista sobre el fortalecimiento de sus relaciones bilaterales con Estados Unidos tras la toma de posesión de Trump, lo que indica oportunidades para una cooperación más profunda.
El consulado estadounidense en Dajla
El regreso de Trump al poder presenta una nueva oportunidad para que Marruecos refuerce su postura a favor de una solución definitiva al conflicto del Sahara Occidental. El gobierno marroquí espera que el apoyo de Estados Unidos ayude a consolidar sus logros diplomáticos frente a las tensiones con Argelia, que respalda al Frente Polisario.
Si bien la administración del presidente anterior, Joe Biden, no implementó la decisión de la administración Trump de abrir un consulado estadounidense en Dajla, la subsecretaria de Estado para el Medio Oriente, Joy Hood, declaró durante su visita a Marruecos y su encuentro con el ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, que «el reconocimiento estadounidense de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara sigue en pie».
El reconocimiento por parte de Trump de la postura de Marruecos sobre el Sahara fue un acontecimiento trascendental, marcando un hito en la historia de las relaciones entre ambos países, los cuales actualmente buscan fortalecer sus alianzas económicas.
De hecho, el factor económico juega un papel clave en la rápida apertura de un consulado estadounidense en las regiones del sur, como una forma de hacer que la diplomacia y la política estadounidense sean más efectivas.
En este contexto, el presidente estadounidense ha prometido 3 mil millones de dólares para proyectos de inversión en Marruecos, junto con la apertura prevista del consulado estadounidense en Dajla, lo que refuerza la relación no solo con Marruecos, sino también con todo el continente africano, aprovechando lo que ofrece la iniciativa «Atlántico Frente» del rey Mohammed VI.
Además de esta cooperación militar, ambos países planean fortalecer el comercio bilateral e invertir en Marruecos, especialmente en sectores estratégicos como las energías renovables y la industria. En este sentido, Marruecos se considera la puerta de entrada al continente para las empresas, y con el nuevo pacto de inversiones y la iniciativa «Atlántico Frente» del rey, busca atraer importantes inversiones estadounidenses.
Dado el aumento de la competencia internacional en África, la administración de Trump puede confiar en Marruecos como un aliado estratégico y líder africano en varios sectores para contrarrestar la influencia de China y Rusia en el continente. La ubicación geográfica de Marruecos y sus estrechas relaciones con los países africanos le permiten desempeñar un papel clave en este aspecto, consolidando su posición como socio regional de Estados Unidos.
En los campos de la economía y el desarrollo, Marruecos se compromete a fortalecer sus alianzas con Estados Unidos mediante la firma de varios acuerdos económicos y comerciales, como el acuerdo de libre comercio que entró en vigor en 2006. Asimismo, la cooperación en el ámbito educativo y cultural entre ambos países ha experimentado un importante desarrollo en los últimos años.
Según Ramaa Yad, quien escribió en Atlantic Council, Marruecos se ha convertido en un país esencial para Estados Unidos:
«No cabe duda de que Marruecos jugará un papel central, sin importar la estrategia de Trump en el Medio Oriente. Pero bajo el liderazgo del rey Mohammed VI, Marruecos ha establecido un rol futurista que va mucho más allá del Medio Oriente.
Hacia el sur, Marruecos, que volvió a la Unión Africana en 2017, continúa profundizando su huella en África. Por su parte, Francia ha estudiado cómo beneficiarse de Marruecos para recuperar el terreno perdido en África, especialmente en la región del Sahel; Washington podría seguir su ejemplo. En noviembre de 2023, el rey Mohammed VI anunció una nueva iniciativa para ‘dar a los países del Sahel [Malí, Níger, Chad y Burkina Faso] acceso al Atlántico’ mediante grandes proyectos de desarrollo.
Este plan incluye una ambiciosa componente atlántica, que seguramente requerirá coordinación con Estados Unidos. Esto se puede lograr a través de la asociación de cooperación atlántica que se lanzó en septiembre de 2023, que incluye a varios países africanos, incluido Marruecos y los países del Sahel como Senegal y Nigeria. Existen otras iniciativas y desafíos en los que Estados Unidos y Marruecos podrían colaborar, incluida la lucha contra el narcotráfico que atraviesa América del Sur y recorre el Sahel, que está cada vez más vinculada a los movimientos terroristas que desestabilizan la región del Sahel desde hace veinte años. La forma en que la administración Trump maneje estos proyectos atlánticos determinará la dirección de las relaciones entre Estados Unidos y Marruecos debido al papel central de Rabat en estas iniciativas.»
Trump 2.0 y el Sahara marroquí
Como ocurrió en su primer mandato, el regreso de Trump a la Casa Blanca podría tener un impacto en el conflicto latente entre Marruecos y el Frente Polisario en el Sahara Occidental, que se remonta a 1975. Desde la conclusión del alto el fuego en 2020, las tensiones en la región han aumentado, pero todavía es posible llegar a un acuerdo negociado bajo la tutela de las Naciones Unidas. Sin embargo, tanto Estados Unidos como la Unión Europea necesitarán ejercer una presión efectiva para alentar a Marruecos y al Polisario a hacer concesiones.
Trump ya le otorgó a Marruecos una victoria significativa durante su primer mandato al reconocer su soberanía sobre el Sahara Occidental en diciembre de 2020. Esta decisión permitió la normalización de las relaciones entre Marruecos e Israel. También allanó el camino para lograr otros logros diplomáticos para Marruecos, incluido el presidente francés Emmanuel Macron, quien afirmó que «el presente y el futuro» del Sahara Occidental pertenecen a la soberanía de Marruecos. Macron también alentó la inversión francesa en la región, al igual que España también lo hizo en la promoción de inversiones en la zona dentro de sus esfuerzos por mejorar las relaciones con Marruecos.
Apoyo Internacional a la Propuesta de Autonomía de Marruecos
Marruecos está obteniendo un apoyo creciente para su propuesta de autonomía para el Sahara Occidental, presentada en 2007. La propuesta contempla la creación de una Región Autónoma Saharaui (RAS) bajo la soberanía marroquí. Mientras que la RAS tendría el poder de crear sus propias leyes y regular asuntos internos como la infraestructura y las políticas sociales, Rabat mantendría el control sobre los recursos naturales de la región, las relaciones exteriores, la moneda y la seguridad interna y externa. El gobierno marroquí sigue insistiendo en que su plan de autonomía es la única solución que aceptará para el Sahara Occidental. Ahora espera obtener la aprobación final internacional en una conferencia que se celebrará en abril en los Emiratos Árabes Unidos.
Tensiones con la Propuesta de Autonomía
Hasta ahora, Marruecos ha rechazado las solicitudes de ampliar su propuesta de 2007 antes de reanudar las negociaciones. El enviado personal del secretario general de la ONU para el Sahara Occidental, Staffan de Mistura, afirmó en octubre de 2024 que los países tienen el derecho de comprender las implicaciones del plan de autonomía, incluidas las garantías para proteger los derechos de los saharauis. El futuro de la misión de mantenimiento de la paz de la ONU en el Sahara Occidental (MINURSO) es incierto, y la ventana diplomática para un acuerdo podría cerrarse pronto, lo que favorecería a Marruecos y limitaría las opciones del Polisario.
Lo que Marruecos Espera de los Estados Unidos
Los funcionarios marroquíes esperan que, bajo el segundo mandato de Donald Trump, se ponga fin a la política ambigua hacia su país bajo la administración Biden. La administración Biden ha intentado equilibrar los lazos históricos con Marruecos y los intereses de seguridad regional, mientras gestionaba las relaciones con Argelia, que se opone a la reivindicación de Marruecos sobre el Sahara Occidental. Biden optó por abrir un consulado virtual en lugar de reconocer completamente la soberanía marroquí sobre el Sahara, una decisión contraria a la de Trump en 2020.
El enfoque actual de los Estados Unidos, que parece alejarse de Marruecos, podría prolongar el conflicto y dar más influencia a Irán en la región. Marruecos espera un realineamiento de sus aliados, como Francia, España e Israel, para apoyar su posición. El país aboga por fortalecer la seguridad regional y apoyar iniciativas económicas como el megaproyecto del puerto de Dakhla.
Marruecos y la Alianza Estratégica con los Estados Unidos
El rey Mohammed VI felicitó a Donald Trump tras su elección, subrayando el reconocimiento de los Estados Unidos de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara. Esta relación estratégica se considera una «fuerza motriz para la paz, la seguridad y la prosperidad en el Medio Oriente y África». Marruecos también espera la apertura de un consulado estadounidense en Dakhla, lo que consolidaría la posición internacional del país sobre el Sahara.
Durante su primer mandato, Trump evitó las visitas de altos funcionarios estadounidenses a Argelia, y es probable que, bajo su segundo mandato, Marruecos reciba más apoyo, con perspectivas de proyectos de cooperación, incluido el proyecto de gasoducto Nigeria-Europa a través de Marruecos y otras iniciativas africanas.
Vínculos Históricos y Cooperación entre Marruecos y los Estados Unidos
Marruecos fue el primer país en reconocer la independencia de los Estados Unidos en 1777, estableciendo un tratado de amistad que sigue vigente hasta hoy. Esta cooperación continuó a lo largo de los siglos, con apoyo mutuo en los ámbitos comercial y militar. En 2020, la administración Trump reconoció oficialmente la soberanía marroquí sobre el Sahara, un gesto que Marruecos espera ver consolidado durante el segundo mandato de Trump.