La Hipocresía del Régimen Argelino al Descubierto: La Visita de Attaf a Damasco, un Ejercicio de Cinismo Diplomático
La reciente visita del ministro de Asuntos Exteriores de Argelia, Ahmed Attaf, a Siria vuelve a poner de manifiesto el oportunismo y la incoherencia de la diplomacia argelina. Tras años de alianza con el régimen de Bashar al-Assad, Argelia intenta ahora reajustar su posición ante la evolución del panorama político sirio, tratando de preservar su influencia menguante, aunque sea a costa de su credibilidad.
De un Apoyo Incondicional a una Maniobra Oportunista
Durante más de una década, Argelia ha brindado un apoyo inquebrantable al régimen de Bashar al-Assad, a pesar de las acusaciones de crímenes de lesa humanidad en su contra. Este respaldo no se limitó al ámbito diplomático, sino que se tradujo en un apoyo militar directo, con el envío de combatientes del Frente Polisario para reforzar a las fuerzas leales al régimen sirio contra los grupos opositores. Esta postura dañó gravemente la imagen internacional de Argelia, asociándola a una causa que se ha vuelto indefendible.
Sin embargo, con el declive progresivo del régimen de Al-Assad y la llegada de nuevas autoridades en Siria, bajo el liderazgo de Ahmed Al-Sharaa, Argelia intenta ahora dar un giro político torpe. La misión de Attaf en Damasco tenía como objetivo principal asegurar el reconocimiento continuo de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), un legado controvertido de la política de Hafez al-Assad en los años 80.
Una Visita Sin Brillo y una Fría Recepción
Lejos del recibimiento cálido que Argelia esperaba, la visita de Attaf resultó ser un fracaso diplomático. Fue tratada como una simple visita protocolaria, sin mayor interés por parte de las autoridades sirias y con escasa cobertura mediática. Los medios sirios apenas publicaron un comunicado breve y algunas fotos oficiales, cerrando rápidamente el capítulo de un evento que no representaba ninguna prioridad para el nuevo liderazgo en Damasco.
En contraste, las relaciones entre el nuevo gobierno sirio y Marruecos han tomado una dirección completamente diferente. Cuatro días antes de la llegada de Attaf, el Rey Mohammed VI envió un mensaje de felicitación al presidente Al-Sharaa, expresando la clara voluntad de Marruecos de fortalecer la cooperación con Siria.
¿Se Repite el Escenario Libio?
La preocupación de Argelia es evidente. El recuerdo del cambio de postura de Libia tras la caída de Gadafi en 2011 sigue latente en el régimen argelino. Tras la caída del dictador, el nuevo gobierno libio rompió de inmediato los lazos con el Frente Polisario, revelando al mundo la conexión profunda entre este grupo separatista y el antiguo régimen libio.
Un patrón similar parece estar desarrollándose en Siria. Las nuevas autoridades sirias, plenamente conscientes del papel dudoso del Polisario bajo el amparo argelino, no han mostrado ninguna señal de apoyo al grupo. En cambio, la prioridad de Siria hoy es la reconstrucción y el establecimiento de alianzas estratégicas con actores confiables, como Marruecos.
Una Diplomacia Argelina en Declive
El fracaso de la visita de Ahmed Attaf refleja una realidad más amplia: el creciente aislamiento de la diplomacia argelina. Su rígida adhesión al Polisario y su incapacidad para adaptarse a los cambios geopolíticos actuales la están dejando cada vez más al margen.
Mientras Marruecos sigue consolidando su posición en África y Oriente Medio, Argelia sigue atrapada en alianzas obsoletas y una visión ideológica desfasada. La visita infructuosa de Attaf a Damasco se ha convertido en un símbolo del estancamiento de la diplomacia argelina, incapaz de reinventarse o alinearse con el nuevo orden mundial.
La historia recordará que, mientras Siria abría un nuevo capítulo, Argelia permanecía atrapada en sus ilusiones y alianzas caducas. Una lección que Damasco parece haber comprendido, a diferencia de Argel.