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Un intento desesperado de la junta militar argelina de acercarse a los nuevos líderes sirios termina en un fracaso humillante

La junta militar gobernante en Argelia parece haber cruzado un nuevo límite en sus prácticas controvertidas al intentar manipular la escena siria en la era posterior a Bashar al-Assad. Según informes difundidos por los medios sirios, incluido el sitio web Ahrar Siria, el embajador argelino en Damasco, Kamel Bouchama, supuestamente ofreció la asombrosa suma de 100 millones de dólares a la dirección del Ejército Libre Sirio (ELS) con el objetivo de normalizar las relaciones entre Argelia y las nuevas autoridades sirias.
Una Oferta Rechazada con Firmeza
Estos intentos desesperados fueron rechazados de inmediato por los líderes del Ejército Libre Sirio, quienes se opusieron categóricamente a este movimiento, considerándolo incompatible con los principios de justicia y dignidad para el pueblo sirio. Ahmed Hassoun Al-Halabi, una figura destacada del ELS, confirmó que toda comunicación con el embajador argelino fue cortada tras estas propuestas inaceptables.
Ante este rechazo, Kamel Bouchama supuestamente reveló un cable diplomático confidencial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Argelia. El documento, fechado la noche del 7 de diciembre, instruía al embajador a contactar urgentemente a la dirección del ELS para transmitir una oferta directa del presidente Tebboune y el general Chengriha.
Contradicciones y Pánico
Esta medida plantea preguntas sobre la lógica y la credibilidad de la diplomacia argelina. Tras años de apoyo incondicional a Bashar al-Assad, el régimen argelino ahora intenta reposicionarse a medida que Siria se acerca a un punto de inflexión histórico. Estos intentos también revelan un sentido de pánico dentro de la junta militar, que enfrenta una creciente presión internacional y una clara pérdida de credibilidad a nivel interno.
Un Ejército Libre Sirio Intransigente
El rechazo categórico del ELS a la oferta argelina refleja la integridad de las fuerzas revolucionarias sirias. «No negociaremos con corruptos ni oportunistas, independientemente de su posición o autoridad,» declaró Ahmed Hassoun Al-Halabi. Esta postura contrasta drásticamente con la estrategia del régimen argelino, que se basa en prácticas opacas para intentar imponer su influencia.
Una Lección para el Régimen Argelino
Este nuevo fracaso diplomático representa un revés humillante para Argelia. Al intentar comprar influencia con el ELS, el régimen expone una vez más su hipocresía. Mientras se presenta como defensor de los pueblos oprimidos, no duda en forjar alianzas oportunistas con regímenes controvertidos.
En un contexto donde los pueblos aspiran a una mayor transparencia y justicia, tales prácticas parecen condenadas al fracaso. El rechazo categórico del ELS simboliza que ni la revolución ni la dignidad de un pueblo están en venta. Este episodio debería servir como una lección para la junta militar argelina sobre los límites de la manipulación en un mundo que exige cada vez más responsabilidad y ética.

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