Hoy, acabo de leer esta siguiente información en el Faro de Melilla, que la agencia EFE había adelantado hace un mes, de que unos hallazgos arqueológicos en la Catedral de la ciudad de Málaga [1] pone al descubierto unos objetos (piezas de cerámica como ollas, cuencos, vasijas o platos, y monedas) de unos 5.000 años, que atestiguan y enraízan su origen a más de mil años más de lo que se pensaba, lo que demuestra, definitivamente, que el origen de la urbe malagueña se remonta antes de la llegada de los fenicios.
En los manuales escolares, tanto de España como de Marruecos, se enseña de que las primeras ciudades fundadas en sus respectivos territorios suelen ser obra de los fenicios, como si los Maurus (de la que proviene la palabra de los Moros, es decir los Amazighs del Norte de África) y los Iberos no tenían capacidad ingeniosa de fundar núcleos urbanos. ¡Así, las ciudades costeras más antiguas de las dos orillas del Mediterráneo occidental como nuestra ciudad de Rusadir (Melilla) o las ciudades de Tamuda (Tetuán), Tingis (Tánger), Lixus (Larache), Sala (Rabat), Malaca (Málaga), y Gadès (Cádiz) se la adjudicaban a los fenicios, ¡cuando sabemos que estos últimos hacían nada más que entretener y prosperar sus comercios marítimos con las ciudades que encontraban a lo largo de las costas mediterráneas! Una de las pruebas a la que han llegado algunos arqueólogos marroquíes es la falta de presencia de sepulturas fenicias en dichos centros urbanizados. Este hecho arqueológico lo avancé hace unos dos años en una entrevista conmigo con la Televisión de Melilla [2].
El 9 de mayo de 2017, el Instituto Cervantes de Rabat organizó un coloquio sobre el tema de » ¿Qué relación tienen los Amazighs con los Iberos?» con la participación del gran inmunólogo e antropólogo genético Dr. Antonio Arnaïz Villena y yo mismo, y hemos llegado a la conclusión de que antes de la llegada del cristianismo a la península ibérica y del islam al Africa del Norte, los pueblos de las dos orillas del mediterráneo occidental era un mismo pueblo [3]. Un mismo pueblo cuyas comunidades intercambiaban sus poblaciones en épocas remotas de la prehistoria y durante el periodo del neolítico con el auge de la agricultura, como acaban de descubrir en el yacimiento de Assif Beht (Oued Beht) un gran complejo agrícola [4,5]. ¡Y de la agricultura pasaron a la urbanización!
En conclusión, Málaga como Rusadir fueron fundadas por nuestras antiguas poblaciones autóctonas, respectivamente Amazighs e iberos, de las que tenemos que ensalzar su historia común y compartida y animar más hallazgos arqueológicos hispano-marroquíes.
Por Rachid RAHA,
Presidente de la Fundación «David Montgomery Hart» de Estudios Amazighíes
Notas:
[2]- https://www.youtube.com/watch?v=1ep9zZ3Rr28
[3]- https://amadalpresse.com/RAHA/moros.html