Una decisión vergonzosa e injustificable:
El pasado jueves, la mayoría de los eurodiputados (533 votos a favor, 24 en contra y 48 abstenciones) votaron a favor de una resolución que exigía la liberación de Boualem Sansal, encarcelado en Argelia desde mediados de noviembre bajo el pretexto de un «acto terrorista», según el artículo 87 bis del Código Penal argelino. Esta absurda acusación busca únicamente silenciar a un intelectual crítico con el régimen.
Sin embargo, Rima Hassan optó por votar en contra, una posición indigna que refleja una complacencia culpable hacia la junta militar argelina y sus aliados. Esta postura revela una clara lealtad a una política dictada por intereses electorales comunitarios, en detrimento de los principios fundamentales de la democracia y los derechos humanos.
Rima Hassan: una colaboradora del régimen argelino y portavoz del Polisario:
El término puede parecer duro, pero refleja la realidad de un enfoque político ambiguo y cuestionable. Al argumentar que rechaza la «instrumentalización» del caso Sansal, Rima Hassan no hace más que justificar lo injustificable y darle la espalda a un hombre de letras perseguido por sus ideas. ¿Cómo se puede justificar no apoyar a un escritor encarcelado únicamente por expresar opiniones incómodas para el régimen argelino?
Esta postura es aún más reveladora si se considera que Argelia es conocida por su abierta hostilidad hacia la libertad de expresión y su persecución contra cualquier voz disidente. La negativa de Rima Hassan y su partido a condenar esta arbitrariedad no deja dudas sobre su cercanía con los círculos de poder de Argel.
Indignación generalizada:
Las reacciones ante esta vergonzosa votación no se hicieron esperar. Desde Jordan Bardella, quien denunció una «preferencia por el autoritarismo de un régimen opresivo», hasta figuras de izquierda como Raphaël Glucksmann, quien calificó el voto como «escandaloso», todos los sectores políticos han expresado su consternación por la posición de LFI.
François Ruffin, exmiembro de LFI, expresó su «total desacuerdo», recordando que «el lugar de un escritor no es la prisión». Incluso el ministro del Interior, Bruno Retailleau, calificó esta abstención como «inhumana y políticamente escandalosa», exigiendo explicaciones claras de LFI.
Rima Hassan debe rendir cuentas:
Este episodio recuerda que ciertas figuras políticas, supuestamente comprometidas con las libertades públicas, no dudan en cerrar los ojos ante regímenes opresivos cuando esto beneficia a sus intereses. La postura de Rima Hassan en este caso constituye una afrenta a los valores democráticos y a los derechos humanos universales.
Los ciudadanos franceses, comprometidos con la libertad de expresión y la defensa de los derechos fundamentales, tienen todo el derecho de exigir cuentas a quienes, como Rima Hassan, se convierten en cómplices, ya sea por su silencio o su inacción, de los peores abusos de un régimen opresivo.
Le7tv