A pesar de la suspensión de la cooperación en materia de seguridad desde este verano, Argel aceptó recibir a Nicolas Lerner, demostrando así su voluntad de mantener un diálogo abierto a pesar de las recientes acusaciones de espionaje.
Según información obtenida por Le Figaro, Nicolas Lerner, director general de la Dirección General de Seguridad Exterior (DGSE), visitó Argel el lunes 13 de enero, acompañado de una delegación de alto nivel. Un internauta que monitorea los movimientos de ciertos aviones informó en X que un Falcon 2000EX, perteneciente al Grupo de Transporte Presidencial, salió de Villacoublay a las 6:48 a.m. rumbo a Argel, antes de regresar a las 11:54 a.m.
No se hizo ninguna declaración oficial sobre esta visita, pero en el contexto de una cooperación en seguridad paralizada, este movimiento puede interpretarse como una señal positiva. Refleja la voluntad de ambas partes de aliviar tensiones entre París y Argel y preservar ciertos canales de comunicación.
Una relación bilateral en crisis
Esta visita se enmarca en un periodo de fuerte crisis entre los dos países. En diciembre, los medios argelinos acusaron a los servicios de inteligencia franceses de orquestar un complot para desestabilizar Argelia.
Un documental emitido por la televisión argelina presentó el testimonio de un hombre de 35 años, excombatiente de Daesh que cumplió una condena de tres años en Argelia. Según él, en 2022 fue contactado por una asociación francesa, Artemis, y luego por un diplomático francés que se presentó como miembro de la DGSE. Este último supuestamente le pidió viajar a Níger, acercarse a islamistas radicales en Argel y recopilar información sensible, especialmente sobre sistemas de vigilancia y patrullas policiales. También se le encomendó formar un grupo terrorista con sus antiguos compañeros de celda para llevar a cabo atentados en Argelia.
El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, rechazó estas acusaciones calificándolas de «infundadas». En París, se afirma que Francia no tiene interés en desestabilizar Argelia, subrayando en cambio las numerosas áreas de acuerdo entre ambos países, particularmente la situación en el Sahel y los problemas relacionados con los yihadistas franco-argelinos.
Escalada de tensiones
El reconocimiento de Emmanuel Macron de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental en julio marcó un punto de ruptura, agravando las tensiones. La situación se deterioró aún más con el arresto del escritor Boualem Sansal en noviembre y la negativa de Argelia a aceptar a un ciudadano deportado desde Francia.
El pasado viernes, Jean-Noël Barrot declaró en LCI que estaba dispuesto a visitar Argelia para abordar estos temas. Esta declaración parece haber encontrado eco en Argel.
¿Se está negociando sobre los opositores argelinos en Francia?
Algunos medios vinculados a los servicios de inteligencia argelinos están difundiendo en las redes sociales la idea de que Francia está negociando la extradición de ciertos opositores a Argelia, incluyendo a Hicham Aboud, Ferhat Mehenni, Brahim Belabaci y Amir Boukhors. Esta teoría absurda no tiene fundamento.
En Francia, las competencias de los servicios de inteligencia internos (DGSI) y externos (DGSE) están claramente definidas. Ninguna agencia invade el ámbito de la otra. El caso de los opositores argelinos en Francia solo puede ser tratado por la DGSI, ya que estas personas residen en territorio francés y poseen el estatus de refugiados políticos.
Independientemente de lo que se diga sobre los servicios secretos franceses, en un estado de derecho, estos se adhieren a los valores fundamentales de Francia: respeto a los derechos humanos y las libertades democráticas. Son plenamente conscientes de que extraditar a estos opositores significaría complicidad en los crímenes de lesa humanidad cometidos por las autoridades argelinas. Francia nunca ha hecho esto y no comenzará ahora, especialmente después del discurso del presidente Emmanuel Macron el 6 de enero, donde declaró con franqueza: «Lucharemos junto a todos los defensores de la libertad: profesores, escritores, periodistas, cuando estén encarcelados, sea cual sea el régimen y sean cuales sean nuestros intereses. Siempre lo hemos hecho y seguiremos haciéndolo.»