Objetivo del petróleo iraní de Israel: crisis económica potencial

El gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, duda en llevar a cabo un ataque de represalia contra Irán, a pesar de las declaraciones enérgicas de los funcionarios israelíes sobre una respuesta severa. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha apoyado el derecho de Israel a responder a los ataques iraníes, pero persisten las preocupaciones sobre las consecuencias económicas de un ataque israelí.

Las opciones disponibles para la respuesta de Israel a Irán incluyen tres escenarios:

  1. Una respuesta recíproca atacando sitios militares.
  2. Una respuesta escalonada mediante el bombardeo de infraestructuras económicas como campos de petróleo y gas.
  3. Atacar instalaciones nucleares, que es el escenario menos probable debido a las consecuencias potenciales.

Es probable que Israel se centre en las infraestructuras económicas iraníes, especialmente las relacionadas con el petróleo, que son consideradas el pilar de la economía iraní. Irán posee enormes reservas de petróleo, con una capacidad de producción que supera los 2,4 millones de barriles por día, de los cuales 1,4 millones se exportan diariamente, siendo China el principal destinatario.

Si Israel atacara las infraestructuras petroleras iraníes, causaría una conmoción económica significativa. La isla Kharg, que es el centro de exportación de petróleo iraní, sería el objetivo principal. Los petroleros iraníes ya han comenzado a alejarse de la isla en anticipación a un posible ataque.

Consecuencias de atacar las infraestructuras petroleras

Si Israel lograra interrumpir las exportaciones de petróleo iraní, esto resultaría en una pérdida importante de ingresos para Irán. Sin embargo, China podría compensar sus necesidades petroleras de otras fuentes. Aunque los precios del petróleo aumentarían, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos podrían compensar la falta de petróleo iraní.

Las respuestas iraníes esperadas podrían incluir el ataque a instalaciones petroleras israelíes, como la refinería de Haifa y la refinería de Ashdod, y posiblemente a instalaciones en estados del Golfo. Irán también podría considerar cerrar el estrecho de Ormuz, por donde transita una parte significativa de la producción de petróleo del Golfo, lo que podría llevar a una crisis energética mundial.

Posición de los estados del Golfo y de EE. UU.

Los informes indican que los estados del Golfo, incluidos Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, están presionando a Estados Unidos para evitar que Israel ataque los campos de petróleo iraníes, temiendo que sus propias infraestructuras petroleras puedan ser blanco de ataques. Irán ha expresado su preocupación por el uso del espacio aéreo de los estados del Golfo para cualquier ataque israelí.

Estos movimientos se producen en medio de los esfuerzos iraníes por influir en sus vecinos del Golfo, advirtiéndoles que cualquier apoyo regional para un ataque contra Irán podría desencadenar reacciones en cadena de sus aliados en la región.

En este clima tenso, cualquier escalada en el conflicto entre Israel e Irán, especialmente en el sector del petróleo, podría crear crisis económicas no solo en el Medio Oriente, sino también afectar a la economía global en su conjunto. Las opciones siguen abiertas, pero todos entienden que las consecuencias serán de gran alcance.

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