La Guardia Civil salva, in-extremis, a Hichem de una repatriación forzada a Argelia

Fue una experiencia extremadamente difícil la que vivió nuestro colaborador, Hichem Aboud, durante 24 horas terribles. Llegando a Barcelona la noche del jueves 17 de octubre, fue secuestrado por cuatro hombres armados y encapuchados, a pocos metros de la residencia donde debía alojarse durante su estancia. Lo colocaron violentamente en el asiento trasero de un coche sin distintivos, que se dirigió a toda velocidad hacia Málaga, como ordenó el jefe de la banda, quien exclamaba jubiloso por teléfono a sus superiores: «Lo tenemos».

A lo largo del trayecto, que duró toda la noche del 17 al 18 de octubre y hasta el mediodía, nuestro colaborador imaginaba todos los escenarios posibles e imaginables. Pero el que más se repetía y con mayor insistencia era el de una repatriación forzada a Argelia, donde lo esperaba un equipo de torturadores, listos para hacerle pagar por toda su actividad periodística. Una actividad dedicada, principalmente, a denunciar las atrocidades del régimen argelino, como la represión de toda expresión libre, la corrupción, el saqueo, y todo lo que había causado caos en un país rico.

Todos sus intentos de escape fracasaron miserablemente, y tuvo que encomendarse a Dios, esperando un milagro para abortar la operación criminal montada por una organización terrorista con base en el sur de España, a la cual habían recurrido los servicios secretos argelinos para capturar al periodista Hichem Aboud. Un hecho sin precedentes en los anales de la prensa africana y magrebí.

En las orillas de un río en Labrija, un pueblo a unos cincuenta kilómetros de la ciudad de Sevilla, el milagro finalmente tuvo lugar. Cuando cuatro terroristas se preparaban para embarcar a su rehén en un barco fluvial, con la cabeza y los ojos cubiertos con una capucha, las muñecas fuertemente atadas y la boca firmemente sellada, de repente, una escuadra formada por varios vehículos de la Guardia Civil invadió el lugar. Fue una desbandada entre los terroristas. De todo el grupo, sólo quedaban un senegalés y un marroquí, que sujetaban a Hichem Aboud por los brazos. Finalmente fueron arrestados por los elementos de los servicios de seguridad españoles.

Fue el fin de la pesadilla para nuestro colaborador, quien fue llevado para recibir los cuidados necesarios en el hospital civil de la ciudad, antes de comenzar los procedimientos de seguridad y judiciales de la investigación, cuyos primeros elementos revelaron el vergonzoso acuerdo entre un estado que pretende ser respetable y una organización terrorista internacional compuesta por mercenarios de diferentes nacionalidades, para traficar con estupefacientes y proteger los desplazamientos de narcotraficantes.

Al final de esta prueba, Hichem Aboud, muy emocionado, declaró: «No encuentro las palabras para expresar toda mi gratitud a la Guardia Civil española, y especialmente a los miembros de la brigada de Lebrija.» Y nuestro colaborador añadió que su abogado, Me Essakali Abdeljalil, «no tardará en escribir al jefe del gobierno español para denunciar este acto hostil del régimen argelino, que recurrió a los servicios de una organización terrorista en territorio ibérico para organizar el secuestro de un periodista pacífico.»

La redacción de lemediterraneen24.com, que manifestó su solidaridad con su periodista y director a lo largo de su desaparición, se felicita por este final feliz de una prueba dolorosa y espantosa. Pero todo lo que termina bien, termina bien.

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