España ha experimentado recientemente una ola de inundaciones violentas y sin precedentes que ha afectado a varias regiones del sur y el este del país, incluyendo Valencia, Andalucía y las Islas Baleares. Provocados por tormentas intensas, estos eventos extremos han transformado las calles en torrentes de lodo y agua, causando graves daños a la infraestructura, paralizando el transporte y dejando sin electricidad a miles de hogares. Esta catástrofe ha cobrado la vida de decenas de personas, convirtiéndose en una de las peores inundaciones en España desde 1996, lo que ha planteado interrogantes sobre el papel del cambio climático en el aumento de estos fenómenos meteorológicos extremos.
En Valencia, las intensas lluvias que superaron los 120 mm en pocas horas causaron graves daños, con imágenes que mostraban vehículos flotando en las calles, estaciones de transporte público inundadas y la cancelación de vuelos en el aeropuerto de Palma de Mallorca. Las tormentas también trajeron granizos de gran tamaño a Alicante, mientras la Agencia Estatal de Meteorología de España (AEMET) emitió alertas máximas para varias áreas.
En Andalucía, los equipos de emergencia enfrentaron una gran dificultad para acceder a las aldeas aisladas por las aguas furiosas. El presidente regional de Valencia, Carlos Monzón, informó que en algunas partes de la región se cortó la electricidad y las comunicaciones telefónicas y confirmó la recuperación de varios cuerpos, calificando la situación como «sin precedentes».
El primer ministro Pedro Sánchez, quien regresó de la India para evaluar la situación, aseguró que no se abandonarán las áreas afectadas, e instó a los ciudadanos a seguir las instrucciones de seguridad y evitar viajar innecesariamente. El rey Felipe VI también expresó su solidaridad con las familias afectadas, calificando el saldo de las inundaciones como «impactante», mientras el Parlamento guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas.
También se han movilizado unidades militares para las operaciones de rescate, con un millar de soldados y helicópteros desplegados en las áreas más afectadas, incluyendo Alquería en la región de Valencia, y Litur en la provincia de Albacete, Castilla-La Mancha, donde se reportaron varias personas desaparecidas.
Estos desastres se producen después de fenómenos meteorológicos extremos recientes, como los restos del huracán Leslie, que llevaron a una serie de inundaciones y tormentas repetidas en España. Los científicos han advertido sobre la creciente frecuencia e intensidad de estos fenómenos meteorológicos extremos debido al cambio climático.