El retroceso de Argelia sobre declaraciones acerca de Israel revela la confusión del régimen militar

Argelia está siendo objeto de una amplia controversia tras las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, Ahmed Attaf, durante la Cumbre Árabe-Islámica en Arabia Saudita, donde pidió imponer «sanciones económicas a Israel». Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores argelino se apresuró a retractarse mediante un comunicado publicado en medios pro-régimen, afirmando que «lo mencionado sobre la imposición de sanciones económicas, en particular la suspensión de la exportación de petróleo y gas de los países árabes, no es preciso».

Este hecho refleja el estado de confusión que vive el régimen argelino, una situación que se ha repetido en diversas ocasiones. Declaraciones como las realizadas por el presidente Tebboune sobre la situación en Gaza han generado controversia y han puesto de manifiesto divisiones internas dentro del poder. Las reacciones oficiales, que requieren la emisión de comunicados aclaratorios, evidencian el grado de incomodidad que enfrentan las autoridades debido a posiciones periodísticas o declaraciones no calculadas.

La respuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores a un artículo publicado en un periódico privado expuso una clara confusión en la política exterior de Argelia, destacando una discrepancia entre los dos polos del poder en el país: el gobierno liderado por el presidente Tebboune y el ejército, que controla efectivamente los resortes del poder.

El comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores fue débil y contradictorio respecto a las declaraciones del ministro Ahmed Attaf, conocido por sus posiciones controvertidas debido a su limitada experiencia política.

Ante los rápidos cambios en la escena política mundial, incluido el ascenso del expresidente estadounidense Donald Trump, Argelia parece reticente a adoptar posiciones decisivas en cuestiones internacionales importantes.

Cabe destacar que el discurso del ministro Attaf contenía contradicciones evidentes. Inicialmente, pidió sanciones económicas, pero rápidamente retrocedió, reflejando una débil coordinación e incoherencia en la política exterior de Argelia.

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