Bengrina entre Payasadas y Graves Revelaciones

Fracaso de Tebboune y su Magreb sin Marruecos!

Es cierto que Abdelkader Bengrina, quien se proclama a sí mismo como el partidario número uno de Tebboune, es considerado como el payaso número uno del país, aunque sus payasadas están lejos de provocar la risa de quienes lo ven en acción. Sin embargo, sus revelaciones sobre Tebboune son de las más impactantes.

Lo vimos repartiendo caramelos en la sala del mitin de Tebboune en Constantina, deslizándose por un tobogán y distribuyendo volantes con la imagen de Tebboune. Es divertido, por supuesto. Pero también hay declaraciones atronadoras que arrojan luz sobre el nivel de aquellos que apoyan con entusiasmo la candidatura, ya ganadora de antemano, de Tebboune.

Pasemos por alto las declaraciones que rozan el ridículo, un cóctel explosivo de religión y política, y su salida fallida al declarar a Tebboune candidato del Movimiento El-Bina, un partido microscópico que apenas cuenta con dos o tres seguidores.

En Bejaia, donde Bengrina afirma desafiar a los cabilios, se hizo una revelación asombrosa. Se refiere al fracaso de Tebboune en concretar la idea de un Magreb sin Marruecos. Una idea sin futuro, aunque Tebboune improvisó una reunión en Argel el pasado 2 de marzo, al margen de la 7ª Cumbre del Foro de Países Exportadores de Gas (GECF).

Una segunda reunión reunió a los tres dirigentes en Túnez el 23 de marzo. «Primera reunión consultiva entre los dirigentes de los tres países hermanos: Túnez, Argelia y Libia», indicó la presidencia tunecina en su página oficial de Facebook, publicando fotos y un video del encuentro tripartito que tuvo lugar en el Palacio de Cartago. Y luego, nada más.

El Ministro de Asuntos Exteriores de Libia viajó a Rabat al día siguiente de la reunión de Túnez para informar a los dirigentes marroquíes que «nunca hubo intención de pensar en un Magreb sin Marruecos». Túnez siguió los pasos de Trípoli al nombrar a Hédi Baccouche como Secretario General de la UMA en Rabat. Así terminó el sueño de Tebboune de marginar a Marruecos en la región.

Bengrina remacha el clavo al hablar implícitamente del fracaso de esa famosa unión, mencionando la adhesión del «Sáhara Occidental y Mauritania». Aquí, no podemos evitar preguntarnos sobre las razones para esperar la adhesión de la entidad saharaui, una creación pura de Argelia. La respuesta no es difícil de adivinar. Ningún país magrebí reconoce la existencia de la fantomática república saharaui. El régimen argelino es expulsado fuera de juego por aquellos mismos a quienes creía poder apaciguar.

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