Después de Estados Unidos, Europa desaconseja viajar a Argelia por inseguridad y amenazas terroristas

Argelia, sumida en el autoritarismo y la incompetencia de su régimen militar, se encuentra cada vez más aislada a nivel internacional. El último golpe para las autoridades en el poder proviene del Reino Unido, que ha emitido una advertencia oficial desaconsejando a sus ciudadanos viajar a Argelia por razones de seguridad. Con esta decisión, se suma a una creciente lista de países que alertan a sus nacionales sobre los peligros de visitar un país en crisis.

Un país bajo constante vigilancia

El Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido (FCDO) ha clasificado a Argelia como un destino de alto riesgo, situándola junto a países en conflicto como Libia y Mali. Esta clasificación responde a una combinación de factores preocupantes: una inseguridad persistente, una crisis económica grave y una amenaza terrorista latente. Incapaz de garantizar la estabilidad interna, el Estado argelino permite la expansión de grupos extremistas y redes criminales, especialmente en sus vastas zonas desérticas.

Las fronteras de Argelia con Libia, Mali, Níger y Mauritania se han convertido en focos de tensión, donde operan facciones vinculadas a Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y el Estado Islámico. En lugar de combatir eficazmente estas amenazas, el régimen argelino parece utilizarlas como pretexto para justificar un estado de emergencia permanente y reprimir cualquier forma de oposición interna.

Un régimen represivo y desconectado de la realidad

Bajo el control de una élite militar autoritaria, Argelia se ha transformado en un estado policial donde la represión es la única respuesta del gobierno ante las demandas de la población. Las manifestaciones pacíficas son brutalmente reprimidas, la prensa independiente es silenciada y cualquier forma de disidencia es tratada como un delito contra el Estado.

Mientras la población sufre escasez de productos básicos, un desempleo alarmante y una inflación descontrolada, los generales en el poder continúan saqueando los recursos del país para mantener sus privilegios y financiar campañas de desinformación contra Marruecos. Su obsesión con el Sáhara marroquí demuestra hasta qué punto el régimen está desconectado de las verdaderas preocupaciones de su pueblo.

Un actor desestabilizador en la región

Además de sus problemas internos, Argelia desempeña un papel clave en la desestabilización del norte de África. Su apoyo incondicional al Frente Polisario, un grupo separatista vinculado al tráfico de armas y drogas, agrava las tensiones en el Magreb y el Sahel. A pesar del creciente aislamiento internacional del Polisario, el gobierno argelino sigue respaldándolo con el único propósito de alimentar su conflicto artificial con Marruecos.

Más preocupante aún es la percepción de Argelia como un Estado cómplice del terrorismo. Su falta de acción ante el auge de los grupos yihadistas en el Sahel y su ambigua relación con ciertas facciones extremistas generan una creciente inquietud en la comunidad internacional.

El veredicto internacional: Argelia, un país a evitar

Ante esta realidad alarmante, cada vez más países advierten a sus ciudadanos sobre los riesgos de viajar a Argelia. Después de Francia, Bélgica y Estados Unidos, el Reino Unido se suma ahora a las naciones que recomiendan evitar este destino. Con carreteras en mal estado, corrupción generalizada, una inseguridad creciente y un régimen más preocupado por la represión que por las soluciones, Argelia sigue hundiéndose en el caos.

Mientras la cúpula militar permanezca en el poder, el país continuará su declive, cada vez más aislado de la comunidad internacional y de su propia gente. Sus líderes, aferrados a ilusiones de grandeza, ven cómo Argelia se desmorona ante sus propios ojos.

le7tv

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