Declaración de la Organización SHOAA en conmemoración del sexto aniversario del Hirak popular
En el sexto aniversario del Hirak popular, la Organización SHOAA reafirma que la voluntad del pueblo argelino de cambio permanece intacta, a pesar de los intentos continuos de socavar el proceso democrático a través de políticas de represión y restricción de libertades. El Hirak fue un momento decisivo en la historia moderna de Argelia, donde millones salieron a las calles exigiendo un estado civil, democrático, basado en el Estado de derecho y el respeto de los derechos humanos. Sin embargo, las autoridades respondieron a estas demandas con métodos tradicionales basados en la represión, la marginación y la manipulación política.
Hoy, después de seis años, Argelia sigue viviendo bajo un régimen que se niega a responder a las aspiraciones del pueblo, continuando con la opresión de las libertades, el arresto de activistas y la restricción de la prensa, en un intento desesperado por retroceder el tiempo. Cada vez que llega el aniversario del Hirak, las autoridades intensifican sus campañas represivas, creyendo erróneamente que la intimidación podrá silenciar las voces que exigen democracia y el respeto de los derechos humanos.
La Organización SHOAA condena firmemente estas prácticas autoritarias que contradicen los principios de buena gobernanza y derechos humanos, y reafirma que Argelia solo saldrá de su crisis política, económica y social a través de una verdadera transición democrática que responda a la voluntad del pueblo y establezca un estado basado en la transparencia, la responsabilidad y la separación de poderes.
Nosotros, en la Organización SHOAA, afirmamos que la represión no es la solución, y el proceso de cambio que comenzó en 2019 no ha terminado, sino que se ha madurado y se ha vuelto más claro. La construcción de una nueva Argelia no se logrará a través del afianzamiento del despotismo, sino abriendo el espacio político para que las fuerzas activas participen en la definición del futuro del país, lejos de la exclusión, la represión y los intereses estrechos, mientras se garantiza el respeto de los derechos humanos.
En este contexto, exigimos la liberación inmediata e incondicional de todos los prisioneros de conciencia, que están detenidos solo por expresar sus opiniones o participar pacíficamente en el Hirak. También pedimos el fin de las persecuciones judiciales arbitrarias contra activistas, periodistas y todas las voces libres que claman por el cambio pacífico, la democracia y los derechos humanos.
El continuo desdén del régimen por las demandas populares y las violaciones de los derechos humanos solo llevará a un mayor estancamiento político y social. Por lo tanto, hacemos un llamado a todas las fuerzas nacionales comprometidas con el cambio a unirse y trabajar juntas para imponer una transición democrática pacífica que cumpla las aspiraciones del pueblo argelino de libertad, dignidad y justicia.
