Argelia: Una experta de la ONU sorprendida por la represión del régimen militar y la continua criminalización de los defensores de los derechos humanos

La comunidad internacional, a través de la indignada voz de Mary Lawlor, Relatora Especial de la ONU sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, ha denunciado una vez más las acciones represivas y arbitrarias del régimen militar argelino. Esta condena pública se produce tras una serie de persecuciones y arrestos dirigidos a defensores de los derechos humanos y abogados involucrados en actividades estrictamente pacíficas.

Un régimen militar represivo: Argelia, que afirma ser un estado que respeta los derechos fundamentales, se hunde bajo el peso de una deriva autoritaria bajo el mando de su junta militar. Graves acusaciones de acoso, tortura e intimidación ahora pesan sobre este régimen opresor. El caso conmovedor de Merzoug Touati, un periodista independiente detenido en varias ocasiones, ilustra de manera impactante la represión brutal que prevalece en el país. Se dice que fue sometido a torturas físicas y psicológicas durante su detención, una práctica que recuerda a las horas más oscuras de la dictadura.

El silencio ante el arresto de abogados y defensores de los derechos humanos: La Relatora Especial de la ONU expresó su profunda consternación ante el arresto de abogados como Toufik Belala, Soufiane Ouali y Omar Boussag, así como de jóvenes denunciantes. Estas figuras valientes fueron acusadas de cargos falsos como «perjudicar la seguridad nacional» o «incitar a una concentración no armada». Estas disposiciones legales vagas son deliberadamente redactadas y utilizadas por el régimen militar para sofocar cualquier forma de disidencia.

El violento secuestro de Soufiane Ouali por parte de la policía argelina durante una redada al amanecer es un testimonio de la militarización de la represión. Esta operación, digna de un estado policial, condujo al arresto arbitrario de varios ciudadanos, quienes ahora enfrentan cargos relacionados con el «terrorismo».

Madres de los desaparecidos silenciadas: La infamia del régimen militar no se detiene allí. Las autoridades argelinas no han dudado en impedir que los miembros del Colectivo de Familias de Desaparecidos, compuesto en su mayoría por madres que buscan desesperadamente respuestas sobre la desaparición de sus hijos, celebren eventos pacíficos. La escena absurda de estas madres maltratadas por las fuerzas de seguridad constituye una vergüenza nacional.

Un llamado urgente a la comunidad internacional: La deriva autoritaria de Argelia exige una respuesta urgente de la comunidad internacional. El régimen militar, que se arroga el derecho de actuar con impunidad, debe enfrentar sanciones severas por sus flagrantes violaciones de los derechos humanos.

Es inaceptable que, más de dos décadas después de la guerra civil, Argelia siga recurriendo a prácticas propias de las peores dictaduras para amordazar a sus ciudadanos. Argelia debe dejar de criminalizar inmediatamente a los defensores de los derechos humanos y respetar sus compromisos internacionales.

La dignidad de los defensores de los derechos humanos ante la opresión: A pesar de la brutalidad del régimen argelino, estos hombres y mujeres—periodistas, abogados, activistas—siguen siendo símbolos de valentía y dignidad. Merecen el apoyo incondicional de la comunidad internacional.

Que la historia recuerde la luz de su lucha frente a la oscuridad de un régimen militar que pisotea los mismos principios de justicia y humanidad.

Fuente / Le7tv

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